Vanessa Selbst

Puede que sea la mejor jugadora de póquer de todos los tiempos. En una carrera de doce años, Vanessa Selbst acumuló una serie de actuaciones de altos vuelos para forjarse un estruendoso palmarés y ganarse el respeto de toda la comunidad mundial del póquer. Ahora retirada, la estadounidense ha acumulado casi 12 millones de dólares en ganancias en torneos.

De la Universidad de Yale a Las Vegas

Vanessa Selbst destaca en lo que le apasiona. Durante su juventud, la estadounidense fue una estudiante destacada, cursando Derecho en la prestigiosa Universidad de Yale. Por aquel entonces, se planteaba la carrera de abogacía, pero su pasión por el juego daría un rápido giro a su carrera.

De niña, Vanessa pasaba mucho tiempo jugando al Pacman y a juegos de cartas. Se interesó especialmente por el póquer y desarrolló un gran conocimiento del juego incluso antes de cumplir los 21 años. Una vez alcanzada la mayoría de edad, la neoyorquina se embarcó en sus primeras WSOP y ya había conseguido su primera mesa final, en un torneo No Limit Texas Hold'em de 2.000 $, por 101.285 $. Al año siguiente, lo volvió a hacer en el torneo heads-up de 5.000 dólares para conseguir otra victoria de seis cifras, en tan solo su segunda participación en el Campeonato del Mundo.

2008, la revelación

Estos dos intentos se transformarían al año siguiente. En 2018, Vanessa Selbst tuvo un año fantástico que la revelaría al mundo y cambiaría para siempre su carrera como jugadora. Todo comenzó con una victoria en el torneo Laides del WPT de 2008. Un aperitivo antes de una magnífica primavera en Las Vegas en la que Vanessa recogió su primer brazalete de las WSOP.

Muy cómoda en Pot Lait Omaha, Vanessa derrotó a un field de 759 jugadores para llevarse a casa el título y 227.933 $. En la misma semana, se hizo con el 3er puesto en el torneo Heads-Up de 10.000 $ para añadir 108.288 $ a su botín semanal. Este doble éxito encumbró a la joven estadounidense. Se ganó el respeto de la comunidad, los medios de comunicación le pidieron entrevistas y patrocinadores de todo el mundo se interesaron por el nuevo prodigio del póquer. Pokerstars se puso entonces en contacto con la jugadora, que firmó un contrato de patrocinio en 2010 para unirse al Team Pro.

Jugadora en serie

Vanessa empezó a viajar y a robar en casinos de todo el mundo. En Cannes, en 2010, ganó el prestigioso Partouche Poker Tour por 1.300.000 euros. También se convirtió en la primera persona en ganar el Evento Principal del North American Poker Tour en Uncasville dos veces seguidas, por 750.000 y 450.000 dólares en ganancias.

En 2012, añadió un segundo brazalete de las WSOP a su colección. Vanessa, que ya había sido finalista en el $1,500 No Limit Hold'em inaugural del festival, demostró su talento en variantes al ganar el juego de 10 de $2,500 por $244,259 en ganancias. Seis meses después, el Equipo Pro Pokerstars consiguió una de las mayores victorias de su carrera en la PCA 2013 de las Bahamas. Vanessa Selbst terminó 1ª en el High Roller de 25.000 $ frente a un field estelar para llevarse a casa 1.424.420 $, el 2º mayor premio de su carrera. Se convirtió así en la mayor ganadora de la historia del póquer de torneos y poco a poco iría ampliando la distancia con sus perseguidoras, hasta alcanzar casi los 12 millones de dólares en ganancias brutas. La estadounidense se alzaría con el primer premio de la historia del póquer de torneos.

La estadounidense ganaría su 3er brazalete en las WSOP de 2014, en un nuevo torneo variante, el 25.000 Mixed Max, por 871.148 dólares. A partir de entonces, las grandes victorias de Vanessa se hicieron más escasas y la jugadora fue abandonando poco a poco las altas mesetas del póker, hasta despedirse en 2017. Tras doce años en el juego, da un paso al lado en la faceta recreativa para centrarse en una carrera en el mundo de las finanzas.